martes, 19 de marzo de 2019

"Ser poeta es pensar el mundo y la vida de una manera distinta, aunque el lenguaje sea nuestro obstáculo"

Fotógrafía: Estefanía P. Lanfranco

"SER POETA ES PENSAR EL MUNDO Y LA VIDA DE UNA MANERA DISTINTA, AUNQUE EL LENGUAJE SEA NUESTRO OBSTÁCULO"

Entrevista por: Mirtha Mansilla Nieto*

Willy Gómez Migliaro es considerado uno de los poetas más importantes del Perú e Hispanoamérica de las últimas décadas, nació en Lima-Perú el 13 de agosto de 1968. Ganador del premio hispanoamericano de poesía Festival de la Lira 2015. Ha dirigido las revistas de poesía Polvo enamorado (1990-1992) y Tokapus (1993-1996). Así mismo ha publicado los libros de poesía Etérea (2002), Nada como los campos (2003) y La breve eternidad de Raymundo Nóvak (2005), todos bajo el sello Hipocampo Editores; Moridor (Pakarina Ediciones, 2010), Construcción civil (Paracaídas Editores, 2013), Nuevas Batallas (Arteidea Editores, 2013), Pintura roja (Paracaídas Editores, 2016) Lírico puro (Hipocampo Editores, 2017), Construcción civil (De La Lira Ediciones. Cuenca, Ecuador, Junio 2017), Nuevas Batallas, reedición en México (Mantis Editores, 2017), Lírico puro reedición en Chile (Editorial Deriva, 2018). Este 2019 se reeditarán en México, Chile y Colombia Moridor & otros poemas.
Entre los libros de investigación ha sido compilador del libro OPEMPE, relatos orales asháninka y nomatsiguenga (Editorial AndesBook, 2009) y Cholos, 13 poetas peruanos nacidos entre el 70 y el 90  (Catafixia, 2014).
Sus poemas han aparecido en importantes revistas hispanoamericanas y europeas. Ha sido publicado en diferentes antologías de poesía nacionales e internacionales. Actualmente es profesor de literatura, escritura creativa y asesor literario.

  • ¿En qué momento de tu vida descubriste al poeta que hay en ti?
Desde niño escuchaba voces y cantos en mi mente. El miedo me acechaba, así que un día me vi escribiendo. No sabía qué era la poesía (creo que hasta ahora no lo sé) menos lo que era un poema. Solo sabía que mientras escribía, era un niño feliz como hasta ahora. A los catorce años visité los talleres de poesía de la UNMSM y ahí conocí y escuché por primera vez a los poetas Marco Martos, Pablo Guevara, Hildebrando Pérez quienes me abrieron un panorama sobre poesía. Luego, con los años, me junté a Washington Delgado, Antonio Cisneros, Rodolfo Hinostroza, Juan Ramírez Ruiz, Enrique Verástegui, Dalmacia Ruíz Rosas, Róger Santiváñez, Domingo de Ramos y Montserrat Álvarez. Todos grandes poetas de quienes aprendí que yo debería ser el mejor. Vivo agradecido, aunque ahora ya no aporten nada a mi escritura poética.
  • En tu opinión, ¿Qué es ser poeta?
Ser poeta es pensar el mundo y la vida de una manera distinta, aunque el lenguaje sea nuestro obstáculo. Así de simple.
  • ¿Hacia dónde crees que va tu escritura poética? ¿Qué tan controversial es tu escritura?
Alguna vez dije, y me reafirmo, que mi escritura va de un Frankenstein a otro Frankenstein; por lo tanto, siempre estará perdida en el universo por más que yo sienta que es un acto y un discurso esencialmente político o de que me apodero de la realidad toda. Esa es su controversia.
  • ¿Cómo es tu proceso de creación al escribir poemas?
Siempre estoy escribiendo, aunque no necesariamente poemas. No hacerlo sería mi primera muerte. Desde que despierto mi mente es una maquina poética. La salud es primero en mi proceso de concebir el poema. El desayuno, donde un buen café fluya por mis venas, un par de panes con queso o mantequilla, suficiente. Frutas y frutos secos. El almuerzo es importante, y si es pescado con ensaladas, mejor. Claro está, la espumante cerveza fría. Hacia las seis de la tarde meditación, caminata y luego hablar por video cámara whatsApp con mis amados hijos Andrés y Álvaro. Amar, amar intensamente. Todo eso es mi ritual.

  • De todos tus libros, ¿con cuál te sientes más satisfecho? ¿Por qué?
Ninguno de mis libros de poemas me gusta, y menos me releo. Soy terriblemente insatisfecho, pienso que no hubo una buena construcción con aquello que publiqué. Siento que no termino el poema que deseo y que sigo escribiendo. Sin embargo, allí están mis libros que son de otros.
  • ¿Cómo crees que la poesía ha ido evolucionando hasta nuestros días?
La construcción del lenguaje de la poesía enloquece a uno, y esa es su evolución indestructible. La poesía, oscura y subversiva, desde Homero, es una guerra constante. Lo he dicho en otras entrevistas: la poesía es lo que nos pasa todos los días. En mi libro Nuevas batallas están escritas algunas reflexiones sobre la poesía y su evolución en el mundo. Poesía es revolución.
  • Sé que estás preparando un libro, ¿nos puedes contar un poco sobre ello?
Tokapus es un libro de poemas que empecé a escribir desde el año 2015 y que creo haber finalizado el 2018 del año pasado cuando estuve viviendo en Paucartambo-Cusco. Es un extenso poema de amor de los peruanos (eso creo) y de lo que hemos heredado como Colonia. Son cantos de un profesor de Historia del Perú de educación secundaria, verborreíco, desolado y alcohólico, pero lleno de esperanzas. Un libro de 300 páginas construido desde nuestras mentiras como peruanos y que termina (vaya pretensión) con un extenso canto sinfónico pre-colombino. Ni yo mismo sé lo que he hecho. Será un libro que no publicaré definitivamente, sino que será entregado a algunos amigos como regalo o tal vez lo done a alguna universidad.
  • En tu libro de poemas Pintura roja despliegas los colores y sus contrastes para producir un lenguaje lleno de imágenes. Sé que partiste de un ensayo sobre el arte de la pintura. ¿Cuán cierto es eso?
Las artes plásticas o la pintura siempre me fascinaron. Hacia 2010 encontré algunos ensayos que creí perdidos en uno de mis cuadernos sobre los grandes pintores clásicos. Había uno de Rembradt, Caravaggio, Monet y el cuarto del gran pintor peruano a quien admiro David Herskovitz. Eran ensayos apasionados donde el discurso del color y el movimiento volaban. Cuando intenté corregir, los ensayos se fueron metamorfoseando, y de pronto pasé de la Escuela cusqueña a la plástica de los años 80 en el Perú; de Cézanne a Wilfredo Lam; del surrealismo de Max Ernst al expresionismo alemán de Kirchner; y de las instalaciones “posmodernas” de Tim Rollins o Richar Prince al romanticismo de Delacroix. Cada viaje que yo hacía era obligado recaer en algún museo, así que mientras escribía Pintura roja, me sentía un pintor o en su efecto, creía ser un curador montando una muestra en mi propia galería. Así nació Pintura roja, del robo de imágenes. Recuerdo haber estado en un estado de excitación, locura y placer mientras escribía este libro de poemas.
  • Ganaste uno de los premios más importes el Premio Hispanoamericano de Poesía La Lira de Oro con tu libro de poemas Construcción civil en el 2015. Cuéntanos esa experiencia.
Es un premio importante, qué duda cabe, pero yo no creo en los premios literarios. Sin embargo, la alegría fue inmensa. En el 2015 Margarita, la madre de mis hijos, hizo el envío de cinco libros de Construcción Civil editado bellamente en el 2013 por Paracaída Editores de mi amigo Juan Pablo Mejía. Solo supe que lo había enviado cuando salieron, meses después, los 11 finalistas. Luego la llamada del presidente del Festival de La Lira en la que se me comunicaba que me había alzado con el premio; inmediatamente a viajar para la premiación, luego los viajes, las entrevistas; en fin toda una locura para quien nunca en su vida se había ganado, ni siquiera, una rifa de sorteo.
  • Has vivido varios años en comunidades asháninkas y nomatsiguengas de la Selva central del Perú. ¿Qué aprendiste de ellos y cómo influyó en tu escritura?
Fue en el 2008 que me fui a las comunidades de la Amazonía Central del Perú, gracias a mi amiga Jhenny Muñoz Hilares, dirigente asháninka y teniente alcaldesa del Distrito de Río Negro en la ciudad de Satipo, quien me invitó. En un principio ella tenía en mente realizar un documental sobre los desplazamientos y retorno de los asháninkas y los nomatsiguengas a sus comunidades de origen después de terminada la guerra que lideraron los grupos levantados en armas Sendero Luminoso y el MRTA contra el estado peruano y su falsa democracia. Yo iba a escribir el guion, sin embargo, no advertimos el gran dolor que había en nuestros hermanos. Lo que percibí era que ellos solo querían olvidar y vivir el reencuentro con sus familiares. Estaban buscándose todavía. Una noche mientras viajaba a una comunidad notmasiguenga a donde mi amigo el dibujante y pintor Mabanga Kasanyo (Domingo Casancho) me había invitado, tuve una visión y me convertí en un recolector de relatos, mitos, leyendas amazónicas asháninka & nomatsiguenga. Producto de esa aventura y en complicidad con profesores bilingües de dichas comunidades y agrupados en AMABICEC, publiqué un libro llamado OPEMPE, Oshintsinka noñane (El poder de mi lengua). La filosofía amazónica de la selva central del Perú, estrechamente ligada a la conjunción con la naturaleza, sigue constituyéndose, también, en un aporte a la antropología, sociología, literatura, lingüística y demás disciplinas. Allí aprendí a escuchar y a tener el respeto por el otro. Definitivamente esa forma de contar de los asháninkas y los notmasiguengas fragmentó mi forma de escribir poemas.
  • En el 2018 viviste en Cusco. ¿Cómo ha sido tu experiencia de docente en Paucartambo y Sunchubamba?
Mi relación con el mundo andino viene por mi abuela Isabel Tello, oriunda de Abancay y de mis lecturas de las obras de José María Arguedas. Llegué al Cusco casi huyendo de Lima. Había mucha pena en mí. Además ya mantenía conversaciones desde enero del 2018 con mi amigo el poeta Osman Alzawihiri quien vivía en Sunchubamba y trabajaba como profesor en la comunidad de Ninamarca. Fue él quien me animó a venir a Paucartambo a despenarme, y así lo hice. Inmediatamente busqué la ayuda necesaria en los ancianos y maestros quienes me guiaron por el buen sendero. Luego me hice maestro rural en la I.E. Gral. Juan Velazco Alvarado de Sunchubamba; a la vez alternaba mis investigaciones con las máscaras de Paucartambo del artista y colega Eloy Cuadros, así mismo con mis alumnos nos volvimos recolectores de mitos, leyendas, relatos de la provincia de Paucartambo. Toda la filosofía andina se apareció en mí de forma natural, sin embargo, ya no era el mundo de mi abuela ni el mundo de Arguedas. Mi visión romántica despertó hacia el mundo real de las brechas sociales, de la ilegalidad, de lo inclasificable que logramos ser en nuestros procesos de identidad y del olvido en que nuestras provincias siguen creciendo o destruyéndose desde dentro.
  • ¿Crees que se debe separar al ser humano de su obra poética?
En estos tiempos modernos o posmodernos o como quieras llamarlo, no podemos seguir teniendo la visión arcaica del poeta. Entendamos que éste es un ser humano como cualquier hijo de vecino y no lo exime de ninguna responsabilidad frente a sus actos. Yo detesto la estupidez humana.
  • ¿Qué esperas lograr como escritor o poeta?
La poesía me enseña a dar o entregar, y trabajo duro para reproducirme en esa visión bellamente política. Como escritor y poeta, en verdad, no espero nada.

***
*Mirtha Rosario Mansilla Nieto (Lima-Perú, 18 de enero de 1 971) Ha sido publicada virtualmente en el blog literario del poeta Willy Gómez Migliaro, “Lamula.pe”, en el blog “Ángeles del Papel”, de Michael Jiménez Melchor y en diferentes páginas peruanas y extranjeras que difunden la poesía. Ha participado en diferentes recitales de la ciudad de Lima, como; “Festival Amarte” en Feria de Libro Amazonas del Cercado de Lima, en el XIII Recital de poesía “Palabras sin Fronteras” de la Universidad Ricardo Palma y en los Viernes Literarios de Juan Benavente Díaz. Ha sido publicada en Palabra en Libertad y sed de trotamundos de “Amantes del País Ediciones” cuyo director es José Beltrán Peña, así como en las antologías de los libros “Versos en su Tinta” y “Amor poético” de Sociedad peruana de poetas” selección de Martha Crosby Crosby. Publica su primer poemario Otoño en diciembre (Ángeles del Papel Editores, 2018).

Libertad de pensamiento: cero

Fotografía: Rubi Andrade
La izquierda adora todo tipo de diversidad, menos la de pensamiento.
Los progresistas se han convertido en los nuevos victorianos, incapaces de tolerar o siquiera ignorar a quienes no comparten sus ideas. Desde su pedestal, necesitan gritar su supuesta superioridad moral a los cuatro vientos. Como diría aquel meme sobre Star Wars: "Se han convertido en aquello que juraron destruir".
Algún día comprenderemos que todos somos iguales, sin excepción. Algún día estos cavernícolas de la intelectualidad se darán un encontronazo de cabeza contra el mundo real y sabrán que este planeta, donde habita gente de toda clase, no les pertenece. Tampoco les pertenecen la academia, las bellas artes, la literatura, ni la política. La burbuja intelectual en la que se desenvuelven encierra mucha, muchísima miseria humana.
Cuidémonos siempre de votar por individuos capaces de semejante arrogancia y autoritarismo en las aulas de una universidad. Me pregunto qué harían estos mismos sujetos en los ministerios, el Congreso y la Presidencia.

La libertad de expresión, La polla records y Mecano

Fotografía: Fernando Alvarado
Hablemos sobre rock y pop hispano.
Mientras que canciones de Mecano como Naturaleza muerta llegaron a convertirse en himnos para mis oídos, nunca soporté a La Polla Records. Para mi gusto, su sonido fue siempre demasiado punk, y sus letras, demasiado políticas. Lo que me encanta de esta vieja banda es su atrevimiento. En 1979 saltaron a los escenarios reventando de euforia y rabia, haciendo oídos sordos a todos los sectores de la crítica e involucrándose en mil problemas por seguir en sus trece, hasta su separación en 2003 debido a "una bronca estúpida entre niños de 40 años", como define el vocalista Evaristo Páramos.
(A quienes no conocen cómo funciona el mundo de los músicos, escritores y otros artistas, les diré que borren de sus mentes cualquier imagen de madurez que puedan albergar. En lugar de eso, imaginen un aula de sexto de primaria donde encierran a los preadolescentes más despiertos, pero más insoportables de todo el colegio. Eso, en esencia, es lo que somos).
En palabras de Evaristo Páramos:
"La izquierda se ha azucarado y la derecha se está lanzando. El espectro político lo hemos movido hacia ese lado y el centro ya no está donde estaba, hemos vuelto de 'El Planeta de los Simios' y ha cambiado la historia".
Ante las quejas de los jóvenes políticamente correctos sobre el nombre de la banda:
"Lo de la polla es muy machista, ¿no? Bueno, que no me prohíba la izquierda lo mismo que me prohibía la Guardia Civil, porque conmigo ya llegan tarde. Me molesta que me ordenen que cambie mi lenguaje, para mí eso es lo último. A cuenta del rollo religioso, del franquismo y del pueblo, me costó tanto decir 'hijo de puta' que ahora no pienso quitarme".
Es esta misma izquierda joven y privilegida -muchas veces furiosa sin razón alguna- la que armó un escándalo por una antigua canción de Mecano donde aparece el término "mariconez".
María Villar y Miki, dúo concursante de un concurso televisivo de covers, debían cantar Quédate en Madrid, tema de Mecano, y anunciaron, tajantes, que reemplazarían esa palabra. "Yo no voy a decir 'mariconez' porque es un insulto muy homófobo". La banda de Ana Torroja presentó su canción en 1988, como parte de su álbum Descanso dominical, y "si bien saltó la censura de su época, parece que no ha sobrevivido al cambio de milenio. ¿Es que ha envejecido tan mal la canción del grupo madrileño o es víctima de la corrección política mal entendida? La polémica, como siempre, se ha trasladado de la academia a las redes sociales", señala la periodista Noelia Fariñas.
(Las cosas en las que pierde el tiempo la academia. Esas nimiedades deberían dejárnoslas a los profanos en las redes sociales).
Continúa Fariñas en su entrevista a Ana Torroja para El país:
"Muchos aplauden la decisión de la joven madrileña, mientras que otros lo consideran una exageración. La respuesta más reveladora llegaría de la mano de la intérprete original, y miembro del jurado de esta edición, Ana Torroja. 'Mecano, tanto como grupo, como cada uno por separado, siempre ha defendido la diversidad, el amor libre, la libertad de expresión y un largo etc., y además tiene uno de los himnos más bellos escritos nunca defendiendo el amor homosexual: Mujer contra mujer', explicaba en la foto en Instagram que ha publicado la artista en las últimas horas. 'No confundamos insulto homófobo con expresión coloquial. Cuando la expresión dice: siempre los cariñitos me han parecido una mariconez, quiere decir que siempre los cariñitos le han parecido una tontería, bobada, estupidez y hasta cursilería'".
(Al final, Ana Torroja y los exMecano, veteranos tanto de la música hispana como de la libertad sexual, hicieron prevalacer el derecho de autor y no permitieron que se cambiara la letra a su canción. Mientras María y su compañero Miki cantaban, él tuvo que pronunciarla y varios chicos y chicas del público cantaron "estupidez" para tapar esa palabra que ahora les suena a conjuro diabólico. Ana Torroja vigilaba cuidadosamente desde sus audífonos que no se les ocurriera a este par de principiantes incumplir con el contrato y censurar su tema de 1988).
A mí me parece absurdo que la vocalista de una banda ya extinta tenga que aclarar puntos así de ociosos para una generación tan suceptible como enfrascada en las banalidades del idioma.
¿En qué diablos nos estamos convirtiendo?
En la foto, el rostro de Evaristo lo dice todo.

No repensar las palabras para pedir perdón


Muchos artistas temen decir cuál es su orientación política por miedo a que la mitad del público los rechace. Alaska no está de acuerdo, cree que hay que ser valientes, decir lo que se piensa y no entrar en juegos con la crítica. De hecho, sobre si es de izquierdas o derechas, afirma que “ningún partido le convence” y, lo mejor de todo, “no lo hice con 14 años y tampoco lo voy a hacer con 55, no voy a repensar mis palabras y ver si tengo que pedir perdón”.
Entrevistador: Tengo muchas diferencias con mucha gente, pero obviamente, no es solo el tenerla o no tenerla, sino de qué manera se expresa sobre Catalunya.
Alaska: Sois muy vehementes a veces los chicos que me rodeáis en la vida y supongo que yo no lo soy por compensar.
E: No sé si llamarlo vehemente, pero yo creo que poco favor está haciendo.
A: Bueno, yo ahí no me voy a meter porque es tu historia, pero entonces ¿a qué vamos? ¿a que nos gustan las personas que dicen las cosas con vehemencia solo cuando dicen lo que a nosotros nos gusta?
E: (...) Hay momentos en los que a los que vivimos la realidad día a día de Catalunya no solo nos ha hecho daño, sino que ha demostrado, con toda la cultura que él tiene, que en ciertas cosas es tremendamente inculto.
A: Me temo que a veces las realidades se ven muy distintas según de qué lado del sofá estemos sentados.
E: O sea, tú estás de acuerdo con las opiniones de Federico 
A: Yo no sé cuáles son las opiniones ni tuyas, ni de Federico, pero sí tengo la edad suficiente para darme cuenta de que tu visión sobre lo que sea es muy orteguiana: son tú y tus circunstancias. Y probablemente, por eso es que nunca nos vamos a entender las personas, porque nuestros absolutos son verdades como puños para nosotros, pero no lo son para el infinito.